“Los jóvenes son unos vagos”
Cada vez me enfadan más los comentarios como el que titula este texto. ¿Por qué? Por el sencillo motivo de que es mentira.
Hoy voy a traer un ejemplo concreto de cosas que te pasan cuando eres joven y la razón esencial por la que, cuando escucho comentarios en esa línea, pienso que la persona que los emite es inculta o falta de luces.
Nuestra protagonista: Juana Española
Juana Española (no creo que haga falta aclarar que es un alias, pero por si acaso…) se presentó a las pruebas de EBAU sacando buenas notas en general, excepto en dos asignaturas. En vez de ser “una vaga”, meterse a trabajar en cualquier sitio, pasarse a un ciclo formativo privado o escaparse a una playa a vivir del sol y del aire (como parece ser que es la percepción de muchos), Juana Española decide pasarse a un ciclo formativo de grado superior y simultáneamente preparar una nueva prueba de EBAU para subir nota.
Los exámenes y sus nuevas notas
En una de las asignaturas, en su segunda vuelta en EBAU, Juana mejora la nota bastante y aquí no hay ningún problema. En otra, la nota que le dan es decepcionante dado que Juana sabe que se ha esforzado y se ha preparado.
No voy a dar las notas concretas, pero me voy a inventar una que va a servir para este proceso explicativo de cómo se lo ponemos de difícil a la gente joven para hacer las cosas bien… Pongamos que tiene un 4.
La revisión del examen
Solicita por los cauces pertinentes una revisión del examen y, efectivamente, ¡Juana tenía razón! El profesor se había dejado sin sumar puntos. SIN SUMAR PUNTOS. Juana tenía una nota mejor que antes.
Ustedes, como yo, pensarán que es una buenísima noticia, dado que lo justo en consecuencia es que a Juana le den la nota que merece. Juana podrá respirar tranquila porque su esfuerzo se ha visto recompensado y queda claro que el mundo debe ser así de justo con los jóvenes, vamos, ¡con todo el mundo por igual!
Así que, como el mundo funciona así de bien, a Juana le ponen la nota que merece y supera la EBAU sin mayores pro… NO.
No, estimado lector, no. La realidad siempre supera a la ficción.
Juana no aprueba la EBAU
A pesar de que el profesor corrector no había sumado los puntos que Juana merecía. A pesar de todo el esfuerzo que Juana dedicó a subir su nota. A pesar de cualquier cosa que ustedes y yo podamos considerar justa… resulta que hay un detallito así como insignificante en todo este proceso.
Adjunto captura del documento de rechazo a la corrección de la calificación. Les ruego lean cuidadosamente la parte donde se cita la ORDEN 1647/2018, de 9 de mayo:
Si accedemos a la citada norma (https://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2018/05/18/BOCM-20180518-2.PDF):
Y revisamos la nueva redacción del artículo “Artículo 14. Revisión de las calificaciones obtenidas” en su apartado 3:
“3. En el supuesto de que existiera una diferencia menor a dos puntos entre las dos calificaciones finales, la calificación será la media aritmética de las calificaciones obtenidas en las dos correcciones. En el caso de que existiera una diferencia de dos o más puntos entre las dos calificaciones, se efectuará, de oficio, una tercera corrección y la calificación final será la media aritmética de las tres calificaciones. En este proceso también se verificará que todas las cuestiones han sido evaluadas y lo han sido con una correcta aplicación de los criterios generales de evaluación y específicos de corrección, así como se comprobará que no existen errores materiales en el proceso del cálculo de la calificación final”.
Lo resumo:
- Si entre las dos notas de las distintas calificaciones hay una diferencia de menos de 2 puntos, se promedia la anterior y la nueva y LA NOTA RESULTANTE ES ESA.
- Si es de más de dos puntos, se solicitará una tercera revisión y el resultado será la media ENTRE LAS TRES.
Juana observa con desesperación que rechazan su petición, básicamente, porque el promedio entre las dos evaluaciones es suspenso (aunque su nota en la nueva EBAU fuera más que aprobado añadiendo el agravante de que el corrector del examen NO SUMÓ LOS PUNTOS).
Lo más grave del asunto es que dediqué un rato a crear escenarios con una Excel donde un alumno suspende cuando lo justo debería ser que aprobara. Y veo un montón de esos escenarios, con dos o menos o con dos o más puntos de diferencia…
Suspender física por no saber sumar… el profesor
En palabras de amigos míos del sector educativo, los “profesores” que hacen las correcciones de la EBAU son (cito el mismo comentario hecho por varios docentes): “la peor morralla que hay. No los quiere nadie en ningún sitio dando clase y terminan cogiendo esto”. Seguramente, como en todo en esta vida, habrá gente buena, mala y regular.
Indistintamente, es altamente llamativa esta opinión de los docentes sobre los que corrigen los exámenes, pero no es mi interés que la responsabilidad de toda esta infamia la tenga el corrector.
El esfuerzo de Juana Española
La “vaga” de Juana ha suspendido porque un corrector no ha sumado puntos en su examen. Porque siendo un error del docente (y, en consecuencia, de la Administración… del Sistema) nadie ha hecho esa corrección a favor de Juana, sino a favor de la nota. Ojo a este detalle.
Porque con el error reconocido encima de la mesa, a Juana la obligan, tras un año de volver a prepararse asignaturas y esforzarse, a promediar notas que la vuelven a colocar en el suspenso…
Pero el problema es de los jóvenes, que no quieren esforzarse…
Conclusiones
Cuando el Sistema es una entidad monolítica que penaliza el esfuerzo, que aplica criterios injustos y no reconoce el error por su parte, el mensaje que le estamos enviando a estos jóvenes es que, hagan lo que hagan, el resultado va a ser totalmente arbitrario y desconectado totalmente de cualquier cosa que ellos puedan hacer.
Y si ese es el mensaje… cualquiera que no sea un estúpido debería ya darse cuenta de que en ese escenario tú tienes que hacer más trampas que la otra parte para poder “ganar”.
